jueves, 5 de septiembre de 2013



María Julia de 27 años, es militante de una organización guerrillera por la cual está presa en el penal de la Pampa. Teje unos guantes de lana en un rincón de la celda mientras escucha murmullos de sus compañeros. Cada hilada es un segundo que cuenta en voz baja a la espera de la señal de ataque. El sonido de las turbinas del avión se avecinan, María Julia se levanta y se acerca a sus compañeras, observa la maniobra de Ana para abrir la reja, sale y abre la puerta donde se encuentra María Julia. Como estaba planeado María Julia sale primero del pabellón y ejecuta a la guardia de seguridad de turno en silencio, la amenaza y la encierra en una celda, procede a abrir otra de las puertas contiguas al próximo pabellón y espera la señal de sus compañeras. Se escuchan ruidos de metales que son señal de que tiene que seguir el paso. En el siguiente pabellón se encuentran con el hall que une la serie femenina con la masculina, ahí ya están a la espera el resto de sus colegas. María Julia entra a la dirección junto con dos compañeros y obligan a los directivos a encerrarse.

Parten y una vez en la puerta María Julia ve un hombre que está en un auto haciendo señas en referencia a que algo había salido mal. Entra a la dirección nuevamente y obliga al cabo a que pida 3 autos remis hasta el aeropuerto de la ciudad.

María Julia junto a sus compañeros hacen guardia en la puerta del penal con armas tipo FAL. Al llegar el primer remis, ella se acerca y apunta al conductor con un arma, suben 7 presos y se dirigen hacia el aeropuerto. Al llegar ve que el avión que los trasladaría ya está en pleno despegue. Se reúne con los compañeros de los demás autos y propone tomar el aeropuerto. Los canales de noticias no tardan en llegar, María Julia va hasta la entrada y con su FAL en mano pide que entren dos cadenas de tv con la cámara encendida para registrar todo. Su compañero da la noticia en vivo de la entrega de todos ellos con la condición de ser trasladados nuevamente al penal.

Llegan los camiones que los trasladarían nuevamente al penal. María Julia entrega su arma frente al canal de noticias y sube al camión junto al abogado con el cual hicieron la tregua. A mitad de camino el camión se detiene frente a unos camiones militares dándole paso el cabo Gómez que sube junto a dos soldados. María Julia se para con cara de espanto, mira a sus compañeros y escucha la noticia del cabo que los trasladarían a la base militar que solo se encuentra a unos minutos de ahí. María Julia le explica diplomáticamente el pacto que habían sellado frente a los jueces de la nación pero el cabo sin importancia baja del camión y éste sigue camino.

Al llegar a la base María Julia es obligada a bajar del camión y llevada junto a su compañera a una celda. Dicha celda está compuesta junto a otras en un pasillo angosto y húmedo sin ventanas. María Julia se recuesta sobre un colchón roto y suspira. Unos instantes más tarde las luces se apagan, nadie dice nada, todo el pasillo está en silencio. María Julia comienza a llorar, su compañera se acerca hacia ella y la abraza, intentando consolarla. Se recuesta a su lado y se quedan dormidas.

Los ruidos de metales chocándose entre sí despiertan a María Julia, se escucha al cabo Gomez ordenándoles a todos que salgan de la celda. María Julia se para de respingón y despierta a su compañera. Un soldado aparece en la celda, abre la reja y toma bruscamente del brazo a María Julia, su compañera la sigue atrás. Les piden que miren hacia la pared en fila. María Julia derrama algunas lágrimas, se mira las manos y en ese preciso instante comienzan a escucharse disparos de metralletas. María Julia cae al piso a causa de una bala que atraviesa su pierna, grita desconsoladamente y se arrastra hacia dentro de la celda pero otra bala alcanza a pegarle en el abdomen y la entumece unos segundos. Mira a su compañera que está quieta en el suelo con dos disparos en la cabeza, sigue arrastrándose y logra entrar en la celda. Todo se calma, ya no se escuchan disparos, un grito despeja a María Julia. Escucha palabras pero no llega a distinguir lo que dicen, se mira las manos y están llenas de sangre, intenta moverse pero su pierna está reventada. Escucha más disparos, ahora cada vez más cerca, y el grito del cabo dando la orden de matar a todos. María Julia tiembla, intenta olvidar su dolor, y ve en una ráfaga al suboficial Sánchez con una pistola calibre 45mm en mano, dispara sobre la cabeza de su compañera y se acerca a María Julia, ella mantiene los ojos cerrados y aguanta la respiración. Una bala atraviesa su mandíbula dejándola inconsciente.

María Julia despierta, se encuentra en el suelo de la celda con un charco de sangre alrededor y su compañera muerta, intenta moverse pero el dolor la paraliza. Escucha voces haciendo un recuento de muertos y heridos que se acercan a ella, ve llegar a dos hombres vestidos con guardapolvos celestes, la ven y balbucean palabras que María Julia no llega a entender. Ve que se acerca otro hombre con una camilla, la suben a la misma y la llevan hacia la ambulancia. Al pasar por la puerta María Julia llega a distinguir al cabo Gomez parado junto a sus soldados que la observan. La suben a la ambulancia y le conectan un respirador y suero con morfina, ella cierra los ojos lentamente y se duerme.




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