En invierno nos bañamos de hielo y empañamos los espejos,
en verano miramos el sol y, pobrecito, se quema.
En otoño nos trepamos a un árbol y se caen las frutas,
en primavera nos sentamos a tomar café y nos nace la adultez.
Cuando nos despertamos, las estrellas se hacen ver,
cuando se esconden, coexistimos en el sueño.
Cuando escribimos, las letras se comen las hojas,
cuando leemos, ellas nos comen a nosotras.
Siempre tan alejadas del revés, siempre tan juntas a la vez.
Siempre bailando las triadas eternas de una guitarra efímera como nuestras peleas.
Siempre un siempre para siempre,
Siempre un beso para el todo.
Pero no corras si vas a dejar alcanzarte,
trepamos por la raíz y el cielo nos queda cerca.
No corras si vas a amarme,
nadamos por el viento y la luna está a la vuelta.
Acá vos, acá yo.
Acá nosotras, acá el amor.
miércoles, 30 de enero de 2013
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